Durante aproximadamente 20 años he desarrollado una carrera exitosa en el sector tecnológico europeo, ayudando a empresas a lograr eficiencia y resultados. Sin embargo, a medida que avanzaba, me di cuenta de algo fundamental: optimizar sistemas no basta si las personas detrás de ellos están agotadas, estresadas y desconectadas de sí mismas. Mientras alcanzaba metas profesionales, fui testigo –en mí y en quienes me rodeaban– de un costo silencioso: estrés crónico, desconexión con el cuerpo y pérdida de bienestar integral.

Buscando respuestas, emprendí un camino paralelo, donde por una parte retornaba a la formación y práctica que había obtenido de un arte marcial original, de esas que suenan a mito pero que son reales, de esas llenas de sabiduría y que cuidan el legado de generación en generación en pro de la salud de las personas y las sociedades. Por otra parte he ido avanzando en mi formación, en técnicas e investigaciones actuales en el ámbito de salud mental, entendida no como la actuación sobre situaciones eminentemente patológicas, sino con el foco puesto en vivir en nuestra sociedad moderna manteniendo el equilibrio emocional, psíquico y moral, logrando el bienestar integral, ese que a veces parece tan escurridizo en el día a día.

Hoy integro estos mundos: la precisión y visión estratégica de la tecnología con la sabiduría ancestral del cuidado humano. Mi propósito es divulgar este conocimiento para ayudar, a quien lo desee y a quien lo considere útil, en la prevención del desgaste, así como en la recuperación su energía vital y la construcción de un bienestar sostenible. 

Creo firmemente que el futuro pertenece a quienes saben unir ciencia, tecnología y tradición para vivir y trabajar en plenitud.